jueves, 4 de agosto de 2011

Las cinco etapas del colapso

Por Dmitry Orlov

Traducción al castellano: Martín Arseniev



Elizabeth Kübler-Ross definió las cinco etapas para sobrellevar el dolor y la tragedia; ellas son la negación, la ira, la negociación, la depresión y la aceptación, y lo ha aplicado con bastante éxito a las diversas formas de pérdidas personales catastróficas, como la muerte de un ser querido, o un repentino despido laboral, y así sucesivamente.

Varios pensadores, sobre todo James Howard Kunstler, y, más recientemente, John Michael Greer, han señalado que el modelo de Kübler-Ross es también aterradoramente preciso al reflejar el proceso por el cual la sociedad en su conjunto (o al menos las partes informadas y pensantes de ella) están reconciliándose con la idea de la inevitabilidad de un futuro discontinuo, con nuestras instituciones y sistemas de soporte vital socavadas por una combinación de agotamiento de los recursos, el catastrófico cambio climático, y la impotencia política. Pero hasta ahora, poco se ha dicho específicamente sobre la estructura más fina de estas discontinuidades. En cambio, se encuentran reiteradamente juicios subjetivos, que van desde "una recesión severa y prolongada" (la predicción que más a menudo leemos en la prensa financiera), a Kunstler y su libro "La Larga Emergencia", a la siempre popular "El colapso de La civilización occidental ", pintado con una cada vez más amplia pincelada.

Para aquellos de nosotros que ya hemos pasado por todas las etapas emocionales de reconciliarnos con la perspectiva de la agitación social y económica, podría ser útil contar con una terminología más precisa que va más allá de tales frases cargadas de emoción. La definición de una taxonomía de los colapsos podría llegar a ser algo más que un ejercicio intelectual: en base a nuestras capacidades y circunstancias, algunos de nosotros podemos ser capaces de planificar específicamente para una determinada fase del colapso como una medida temporal, o incluso un permanente punto de parada.

Incluso si la sociedad en la etapa actual de la complejidad socio-económico ya no será posible, e incluso si, como señala Tainter en su libro "El colapso de las sociedades complejas," hay circunstancias en las que el colapso pasa a ser la respuesta de adaptación correcta, no es necesario de forma automática causar un desplome de la población, con los sobrevivientes de la disolución en solitario, los seres humanos dispersos en el desierto y subsistiendo miserablemente. El colapso puede ser concebido como una retirada ordenada y organizada en vez de una derrota.

Por ejemplo, el colapso de la Unión Soviética - nuestro más reciente y mi ejemplo favorito de un colapso imperial - no llegó al punto de la desintegración política de las repúblicas que lo inventó, aunque algunos de ellos (Georgia, Moldavia) perdieron parte de su territorio a los movimientos separatistas. Y aunque la mayor parte de la economía estuvo deprimida por un tiempo, muchas instituciones, incluyendo la administración pública y las fuerzas armadas, siguieron funcionando en todo momento. Y aunque se produjo una dislocación social y hubo mucho sufrimiento, la sociedad en su conjunto no se derrumbó, porque la mayoría de la población no perdió el acceso a la alimentación, vivienda, medicina, o de cualquiera de las necesidades de supervivencia.

La estructura de mando y control de la economía soviética desacoplaba ampliamente las necesidades de la vida cotidiana de cualquier elemento de la psicología del mercado, sustituyéndola por flujos físicos de energía y el acceso físico a los recursos. Esta situación, como argumento en mi libro de próxima aparición, Reinventing Collapse, permitió que la población soviética alcanzase inadvertidamente un mayor nivel de preparación que en la actualidad posee los Estados Unidos ante el colapso.

Después de haber dado muchas vueltas a las diferencias y las similitudes entre las dos superpotencias - la que ya se ha derrumbado, y la que se está derrumbando mientras escribo esto - me siento preparado para intentar una audaz conjetura, y definir las cinco etapas de la colapso, para servir como puntos de referencia mentales mientras determinamos nuestro propio grado de preparación ante el colapso y ver qué se puede hacer para mejorarlo.

En lugar de vincular cada fase a una emoción particular, como en el modelo Kübler-Ross, la taxonomía propuesta enlaza cada una de las cinco etapas del colapso al quiebre de un determinado nivel de confianza, o la fe, en el status quo. Aunque en cada etapa se producen cambios físicos y observables en el medio ambiente, estos pueden ser graduales, mientras que el cambio de mentalidad suele ser bastante veloz. Es una especie de cultura universal en la cual nadie (sólo un verdadero tonto) quiere ser el último tonto en creer en una mentira.

Etapas del colapso

Etapa 1: Colapso financiero. La fe en el curso normal de las actividades financieras se ha perdido. El futuro ya no se asume que parecerá al pasado, de manera que permita que el riesgo sea evaluado y los activos financieros garantizados. Las instituciones financieras se tornan insolventes, los ahorros son eliminados, y el acceso al capital se pierde.

Etapa 2: Colapso comercial. La fe en que "el mercado proveerá" se ha perdido. El dinero se devalúa y / o escasea, las mercancías se acaparan, las importaciones y las cadenas minoristas se rompen, y una gran escasez de necesidades de supervivencia se convierte en la norma.

Etapa 3: El colapso político. La fe que "el gobierno se encargará de vos" se ha perdido. Como los intentos oficiales para mitigar la pérdida generalizada de acceso a fuentes comerciales de las necesidades de supervivencia no pueden hacer una diferencia, la clase política pierde legitimidad y relevancia.

Etapa 4: Colapso social. La fe en que "tu gente se encargará de vos" se ha perdido, mientras las instituciones sociales locales, ya sean obras de caridad u otros grupos que se apresuran a llenar el vacío de poder se quedan sin recursos o se derrumban ante el conflicto interno.

Fase 5: Colapso cultural. La fe en la bondad de la humanidad está perdida. La gente pierde su capacidad de "benevolencia, bondad, consideración, cariño, honestidad, hospitalidad, compasión, caridad" (Turnbull, La Gente de Montaña). Las familias se disuelven y compiten como individuos por los escasos recursos remanentes. El nuevo lema se convierte en "usted puede morir hoy para que yo me muera mañana" (Solzhenitsyn, Archipiélago Gulag). Puede haber incluso algo de canibalismo.

Aunque muchas personas se imaginan el colapso como una especie de ascensor que va al sótano (nuestra etapa 5), ​​no importando qué botón se presione, no existe un mecanismo automático que se pueda discernir. Por el contrario, para conducirnos a todos a la fase 5, será necesario un esfuerzo coordinado en cada una de las etapas intermedias. Que todos los jugadores parezcan estar dispuestos a hacer ese esfuerzo tal vez pueda dar a este colapso la forma de una tragedia clásica - una marcha consciente pero inexorable a la perdición - más que a una farsa. ¡Uy! ¡Ah, aquí estamos, la fase 5" - "Así que, ¿a quién comemos primero?" - "¡A mí! ¡Soy delicioso!"). Vamos a esbozar este proceso.

El colapso financiero, que estamos observando actualmente, consta de dos partes. Una de ellas es que una parte de la población en general se ve obligada a mudarse, ya que no puede pagar la casa que compraron sobre la base de las tasaciones infladas, los números de ingresos fraguados, y las tontas expectativas de inflación de activos sin fin. Ya que, técnicamente, no deberían haber sido autorizados a comprar estas casas, y sólo fueron capaces de hacerlo debido a la mala conducta financiera y política, esto es en realidad un desarrollo saludable. La segunda parte consta de hombres en trajes caros lanzando paquetes de papeles en el aire que repentinamente carecen de valor, arrancándose lo que les queda de cabello, y (lo que algunos de nosotros sin piedad podríamos esperar) ajustándose a las medidas de la Reserva Federal. Ellos, para expresarse en su propia lengua vernácula, "están cagados", así que esto es también como debe ser.

La respuesta del gobierno a este problema podría ser la de ofrecer algunas homilías útiles acerca de "la paga del pecado", abrir unos comedores y algunos alojamientos transitorios en una variedad de sitios, incluyendo Wall Street. El mensaje sería: "Ustedes ex adictos a la deuda y jugadores empedernidos, como ustedes dicen, "es una cagada". Nunca los dejaremos cerca de grandes sumas de dinero nuevamente. Vengan ustedes a la cocina, háganse la sopa, y traigan sus propios platos, porque nosotros no los lavamos". Esto daría lugar a una estable primera etapa del colapso - la Segunda Gran Depresión.
 
Sin embargo, es poco probable, ya que en los EE.UU. el gobierno es un adicto a la deuda y el jugador empedernido número uno. Como individuos, podríamos haber sido tan virtuosos como quisiéramos, pero el gobierno todavía tendrá que endeudarse exorbitantemente en nuestro nombre. Cada nivel de gobierno, desde los municipios y autoridades locales, que necesitan los mercados financieros para financiar sus obras públicas y servicios públicos, hasta el gobierno federal, que se basa en la inversión extranjera para financiar sus guerras sin fin, es adicto a la deuda pública. Ellos saben que no pueden dejar de endeudarse, por lo que van a hacer todo lo posible para mantener el juego durante el mayor tiempo posible.La única cosa que el gobierno actualmente parece estar en condiciones de hacer es extender más crédito a los que tienen problemas, mediante el establecimiento de las tasas de interés muy por debajo de la inflación, al aceptar trozos de papel sin valor como garantía y por inyectar dinero en las instituciones financieras insolventes. Esto tiene el efecto de diluir el dólar, debilitando aún más su valor, y, en su momento, dará lugar a la hiperinflación, que es bastante malo en cualquier economía, pero es especialmente grave en una dominada por las importaciones. A medida que las importaciones se evaporan y los componentes asociados de la economía terminan cerrando, se pasa a la segunda etapa: el colapso comercial.

Conforme los negocios vayan cerrándose, los escaparates serán tapiados, la población se quedará sin dinero y en gran medida dependerá de la FEMA (Agencia Federal para el Manejo de Emergencias de los EEUU) y de la caridad para sobrevivir, el gobierno entonces podría considerar qué hacer a continuación. Se podría, por ejemplo, repatriar a todas las tropas extranjeras y ponerlos a trabajar en proyectos de obras públicas destinadas a ayudar directamente a la población. Se podría promover la autosuficiencia económica local, mediante el establecimiento de programas agrícolas respaldados por la comunidad, construyendo sistemas de energía renovable, y se podría organizar la formación local de grupos de autodefensa para mantener la ley y el orden. El Cuerpo de Ingenieros del Ejército podría demoler edificios construidos en tierras de cultivo alrededor de los centros antiguos de las ciudades, devolver tierras al cultivo, y construir sistemas de calefacción en base a energía solar en los centros urbanos para reasentar a los desplazados. En el ínterin, se podría reducir la falta de vivienda mediante la imposición de un impuesto fuerte sobre las propiedades residenciales deshabitadas y canalizar los fondos en subsidios de alquiler para los indigentes. Con mucha suerte, estas medidas pueden ser capaces de invertir la tendencia, previendo con el tiempo la restauración de la condiciones previas a la Etapa 2.

Esto puede o no ser un buen plan, pero en cualquier caso, es poco realista, porque los Estados Unidos, que están endeudados profundamente, se verán obligados a acceder a los deseos de sus acreedores extranjeros, que poseen una gran cantidad de bienes nacionales (tierras, edificios y empresas) y que preferirían ver a la población estadounidense trabajando como bestias de carga para pagar la deuda en vez de que sea autosuficiente, olvidando convenientemente que han hipotecado el futuro de sus hijos para pagar los fiascos militares, grandes casas, grandes coches, y pantallas planas de televisión. Por lo tanto, un escenario mucho más probable es que el gobierno federal (a sabiendas de quienes son los que lo solventa) seguirá siendo subordinado a intereses financieros extranjeros. Se impondrán condiciones de austeridad, se mantendrá la ley y el orden a través de medios draconianos, y se facilitará la construcción de ciudades industriales y proyectos agrícolas de propiedad extranjera. Conforme la gente empieze a pensar en que tener un gobierno no es una buena idea, las condiciones madurarán hasta llegar a la etapa 3.
Si la etapa 1 del colapso puede ser observada por televisión, la observación de la etapa 2 podría requerir de una caminata o un paseo en bicicleta hasta el centro poblado más cercano, mientras que la etapa 3 del colapso es más que probable que sea visible directamente a través de la propia ventana de la sala de estar, que todavía puede o no tener vidrio en su interior. Después de una gran cantidad de derramamiento de sangre, gran parte del país se convierte en una zona prohibida para las autoridades restantes. Los acreedores extranjeros deciden que sus deudas podrían no ser pagadas después de todo, reducir sus pérdidas y salir a toda prisa. El resto del mundo decide a actuar como si no hay ningún lugar como Estados Unidos - porque "nadie va allí nunca más." A fin de no perder en el valor de entretenimiento, la prensa extranjera sigue imprimiendo fábulas esporádicas acerca de los estadounidenses que comen a sus más jóvenes, como lo hicieron de Rusia tras el colapso soviético. Algunos valientes expatriados estadounidenses que todavía vuelven a visitar los EEUU traen historias increíbles un poco diferentes, pero todo el mundo los consideran excéntricos y quizás un poco locos.
 
La etapa 3 del colapso se puede evitar mediante la oportuna introducción de fuerzas de paz internacionales y a través de los esfuerzos de las ONG humanitarias internacionales. En el caso de llegar a la etapa 2 del colapso, es muy poco probable que las autoridades nacionales tengan los recursos ni la legitimidad, o incluso la voluntad, para detener la dinámica del colapso reconstituyéndose en una forma que la población las acepte. 

A medida que la etapa 3 del colapso sigue su curso, el vacío de poder dejado por los difuntos gobiernos nacional, provinciales y municipales, se llena con una variedad de nuevas estructuras de poder. Los remanentes de las fuerzas de seguridad, las pandillas urbanas, las mafias étnicas, los cultos religiosos y los ricos propietarios de tierras hacen el intento de construir sus pequeños imperios sobre las ruinas del grande, luchan entre sí por el territorio y el acceso a los recursos. Esta es la era de los grandes hombres: líderes carismáticos, agitadores, despiadados príncipes maquiavélicos y señores de la guerra. En los lugares con más suerte, se encuentran en su propio beneficio común poner en común sus recursos y se fusionan en una especie de gobierno local legítimo, mientras que en el resto de los lugares sus rencillas por el poder conducen a un espiral de conflicto y de guerra abierta. 

La etapa 4 del colapso se produce cuando la sociedad se vuelve tan desordenada y pobre que ya no puede soportar a los grandes hombres, quienes se vuelven cada vez más pequeños y, eventualmente, desaparecen de la vista. La sociedad se fragmenta en familias extensas y en pequeñas tribus de al menos una docena de familias, quienes encuentran ventajas en unirse para el apoyo mutuo y la defensa. Esta es la forma de sociedad que ha existido en el 98,5% del tiempo de su existencia como especie biológica, y puede decirse que es el fundamento de la existencia humana. Los seres humanos pueden existir en este nivel de organización por miles, quizá millones de años. La mayoría de las especies de mamíferos se extinguieron después de sólo unos pocos millones de años, pero, por lo que sabemos, el Homo Sapiens todavía tiene para sobrevivir uno o dos millones de años más. 

Si la sociedad del pre-colapso es demasiado atomizada,  alienada e individualista como para formar familias extensas y tribus de forma cohesiva, o si su entorno físico se vuelve tan desordenado y pobre que la hambruna se generaliza, a continuación, la etapa 5 del colapso se torna probable. En esta etapa, un imperativo biológico más simple se hace cargo, para preservar la vida de las parejas en capacidad de procrear. Las familias se disuelven, los viejos son abandonados a su suerte, y los niños son cuidados sólo hasta los 3 años. Toda unidad social es destruida, e incluso las parejas se pueden disolver por un tiempo, prefiriendo buscar comida por su cuenta y negándose a compartirla. Este es el estado de la sociedad descrita por el antropólogo Colin Turnbull en su libro "The Mountain People" (La Gente de la Montaña). Si la sociedad antes de la etapa 5 del colapso puede decirse que es la norma histórica para los seres humanos, la etapa 5 del colapso lleva a la humanidad al borde de la extinción física. 

Como podemos imaginar, la falla supone un fracaso en cascada: cada etapa del colapso puede conducir fácilmente a la siguiente, tal vez incluso se superponen. En Rusia, el proceso fue detenido pasado sólo la etapa 3: hubo un problema considerable con las mafias étnicas e incluso algunos señores de la guerra, pero la autoridad del gobierno al final se impuso. En otros escritos, voy a meterme en un montón de detalles en la descripción de las condiciones exactas que inadvertidamente convirtieron a la sociedad rusa relativamente a prueba de un colapso. Aquí, me limitaré a decir que estos ingredientes no están presentes en los Estados Unidos. 

Mientras que intentar detener el colapso en las etapas 1 y 2 probablemente sería una peligrosa pérdida de energía, es posiblemente valioso que todo el mundo se enfrente al colapso en la etapa 3, sin duda en la etapa 4, y es simplemente una cuestión de supervivencia física evitar la Etapa 5. En ciertas localidades - aquellas con alta densidad de población, así como aquellas que contienen peligrosas instalaciones nucleares e industriales - evitar la etapa 3 del colapso es bastante importante, para no invitar a gobiernos y tropas extranjeras a mantener el orden y evitar desastres. Otras localidades puedan prosperar indefinidamente en la etapa 3, e incluso los entornos más pobres pueden ser capaces de soportar una baja densidad de población subsistiendo indefinidamente en la etapa 4. 


A pesar de que es posible prepararse directamente para sobrevivir a la etapa 5, esto parece ser algo muy desmoralizante de intentar. Prepararse para sobrevivir a las etapas 3 y 4 puede parecer algo más razonable, mientras que prepararse de forma explícita para la etapa 3, puede ser razonable si tu plan es convertirte en uno de los grandes hombres. Sea como sea, tengo que dejar los preparativos como un ejercicio para el lector. Mi esperanza es que estas definiciones de las etapas específicas del colapso permitirán una discusión más específica y fructífera que la que actualmente es dominada por términos tan vagos y sin sentido en última instancia, como "el colapso de la civilización occidental".



Fuente: Club Orlov