lunes, 30 de mayo de 2011

Petróleo y transporte

El transporte de personas como de mercancías, actualmente representa más del 60 por ciento de todo el petróleo consumido globalmente, y los sistemas de transporte mundial son dependientes de petróleo y sus derivados en más de un 90 por ciento. En consecuencia, el combustible para el transporte es el uso más fácilmente observable del petróleo en nuestra vida cotidiana.

Las ciudades modernas y los pueblos han sido diseñados en torno al automóvil, y muchos, si no la mayoría, de las ciudades requieren el uso de transporte motorizado con el fin de atravesar de manera eficiente las grandes distancias entre localidades.
Con la expansión urbana, un vehículo personal se ha convertido en una herramienta vital para ir y venir de fuentes de empleo, educación, socialización, alimentación, ropa y medicina.
Los sistemas de transporte público no existen o son difíciles de usar en muchas áreas, especialmente las que se caracterizan por el desarrollo suburbano, ni son lo suficientemente variada para satisfacer las demandas de un número de usuarios diversos y dispersos. Una reducción en el suministro de petróleo sumado a los precios en aumento del mismo impactará de manera significativa en las opciones de transporte que hagamos, mientras que el costo de mantención y uso de un vehículo personal se torne cada vez más caro.

A mayor escala, los efectos también son sistémicos. Los sistemas de transporte se han construido sobre una excesiva dependencia de petróleo barato, lo que permite la importación relativamente barata de los productos manufacturados de todo el mundo. A medida que las naciones dependen cada vez más de los productos importados de los mercados globales, disminuye la producción local, dando lugar a productos que necesitan ser enviados por medio de aviones, barcos o camiones, a distancias cada vez más lejanas.

En última instancia, el aumento de los precios del combustible se traduce en mayores precios de los bienes, lo que significa que todas las partes de la red de distribución de mercancías pagan precios más altos y absorben mayores costos. En muchos casos, las personas y las empresas no serán capaces de absorber estos costos adicionales. Finalmente, una reducción en el transporte resultará en una escasez local de amplias gamas de productos, recursos y servicios.



Mi abuelo viajaba en camello, mi padre en coche, yo viajo en avión, y mi hijo viajará en camello” [Proverbio árabe actual]