miércoles, 17 de agosto de 2011

Críticas al "capitalismo de amigos" - Duro diagnóstico sobre el sector energético

Ex secretarios de Energía cuestionaron el contrato con Qatar y las licitaciones de varias obras.

La cita estaba planteada como la presentación de "la verdadera situación energética que encontrará el nuevo gobierno", pero terminó siendo otra cosa. "Después de lo que pasó el domingo, habría que cambiar el título, ¿no?", ironizó Emilio Apud, uno de los ocho ex secretarios de Energía de la Nación que elaboraron el diagnóstico presentado ayer en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Católica Argentina (UCA).

Preocupante caída de las reservas de petróleo y de gas, descenso de la inversión, crecimiento descontrolado de subsidios que benefician a los que más tienen, pérdida del autoabastecimiento y fuerte déficit de la balanza comercial energética fueron algunos de los factores que repasaron Apud, Daniel Montamat, Jorge Lapeña, Julio César Aráoz, Enrique Devoto, Alieto Guadagni y Raúl Olocco (Roberto Echarte, que también integra el grupo que ya elaboró siete documentos, no pudo concurrir). Pero las críticas más picantes surgieron cuando los especialistas denunciaron la consolidación de un "capitalismo de amigos", que ha provocado sobreprecios en varias obras del sector, y cuestionaron el millonario acuerdo firmado con Qatar para importar gas natural licuado (GNL).

"El capitalismo de amigos favorece la concesión de servicios y obras a gente que tiene afinidad [con el Gobierno], pero que no necesariamente tiene conocimiento del sector", señaló Apud, y mencionó los casos del ingreso del Grupo Petersen en YPF y de la transferencia de Edenor a Pampa Energía.
Guadagni también cuestionó a "la empresa australiana" (en referencia a Petersen, la subsidiaria mediante la cual la familia Eskenazi ingresó en YPF) por impulsar el reparto de dividendos y profundizar así la caída de las reservas comprobadas de la compañía. Según contó, empresas como Exxon, Shell, Petrobras y Total reparten solamente entre el 25 y el 30 por ciento de sus ganancias "porque necesitan los recursos para explorar, pero en este período YPF repartió 144 por ciento".

Recordó además que la provincia de Santa Cruz licitó 14 áreas petroleras y dejó afuera a todas las compañías con experiencia para repartirlas entre Lázaro Báez y Cristóbal López, dos empresarios a los "que les da lo mismo invertir en el juego, la construcción, los medios o el petróleo".
Aráoz, por su parte, se centró en el acuerdo que compromete a la Argentina a importar 100 millones de toneladas de GNL de Qatar durante un lapso de 20 años (de 2014 a 2034) y que, según afirmó, estuvo hecho para que "los hermanos Cirigliano sean los intermediarios de este negocio". Denunció que el acuerdo se hizo de forma poco transparente, sin estudios de factibilidad y sin licitación. "Hipoteca la vida de cinco presidentes futuros", dijo, y reclamó una investigación de la Auditoría General de la Nación.

Sobre la base de información publicada por medios de Medio Oriente, Aráoz estimó que -a valores actuales- el precio acordado sería de 16,8 dólares el millón de BTU, "un 52% más caro de lo que se paga actualmente por la importación para las plantas de Bahía Blanca y Escobar". En total, se están comprometiendo recursos por US$ 50.000 millones, con los cuales -explicó- "se podrían hacer 10 trenes balas, o 10.000 kilómetros de autopistas, o duplicar el nivel de reservas". 

Sin eco en las urnas
Los ex secretarios, que integraron los gobiernos de Raúl Alfonsín, Carlos Menem, Fernando de la Rúa y Eduardo Duhalde, contaron que pidieron una audiencia con la presidenta Cristina Kirchner, que nunca les fue concedida. Recibieron mejor recepción por parte de los candidatos opositores, pero -como reconocieron ayer- "este tema no reditúa políticamente": ni Duhalde ni Ricardo Alfonsín pudieron llegar siquiera al 13 por ciento de los votos.
El de los subsidios fue otro de los temas criticados. "Las tarifas congeladas favorecen a las clases de mayores ingresos", sostuvo Devoto. Como sus pares, exigió una salida gradual y selectiva (con tarifa social) del actual esquema de precios. Montamat estimó que este año el Estado deberá destinar casi 50.000 millones de pesos sólo en subsidios al sector energético. "Estos subsidios se están financiando con emisión monetaria. Por un lado le mantenemos [a la gente] las tarifas congeladas; por el otro, le depreciamos el salario con mayor inflación", ironizó.