sábado, 29 de diciembre de 2012

Predicciones para 2013





Un año más me veo en el brete de aventurar qué es lo que nos va a deparar el año que viene, en función de las tendencias actuales y los eventos que se intuyen, y dentro del curso general de esta crisis que ya sabemos que no acabará nunca. No soy demasiado amigo de hacer predicciones a corto plazo puesto que los inevitables errores de estimación pueden llevar a algunos a desdeñar todo lo que se dice por la imprecisión de la previsión, cuando en realidad el curso general predicho se va siguiendo de manera, por desgracia, hasta ahora inmutable. Sin embargo, una y otra vez los lectores piden que se les dé algunas pautas sobre el futuro, y por tanto este año de nuevo volveré a intentar vislumbrar ese futuro cercano. Pero si ya nunca fue un ejercicio sencillo barruntar el futuro, el año 2013 que nos aguarda a sólo unos días parece más ominoso y también más complejo de adivinar que los años anteriores. Espero, por tanto, marrar por más en las predicciones de este año que lo que he hecho nunca en años anteriores, y por ello ruego a los lectores que especialmente esta vez se queden con el espíritu general de las líneas que desde aquí se intentan trazar antes que con su contenido exacto.
Repasemos, primero, en qué han quedado las predicciones del año pasado.


  • La Gran Recesión, segunda parte: A estas alturas, la recesión es obvia en España y el Reino Unido, más o menos evidente en el resto de Europa, y posiblemente está llamando ya a las puertas de Alemania. EE.UU. se mantiene aún en tasas positivas, aunque es difícil conciliar este hecho con el descenso del consumo y las malas perspectivas (relativamente) para el empleo en aquel país. Japón está francamente en recesión. Entre tanto, China crece a su menor tasa de los últimos años, enorme en cifras relativas (7,4%) pero insuficiente para China, dados sus desequilibrios internos. El paro en España se acerca al 26%, en línea con lo previsto, y los posibles movimientos para compensarlo no han sido suficientes para hacer bajar más el guarismo. Esta predicción, por tanto, la considero globalmente acertada, con los matices que Vds. crean convenientes.
  • Quiebra de grandes empresas: No ha sido un gran año para muchas grandes empresas, pero no hemos visto un colapso generalizado (tampoco era ésa, en realidad, la predicción). Varias aerolíneas han desaparecido durante este año (sin ir más lejos, Iberia está a punto de desaparecer) y la automovilística Peugeot ha tenido que pedir auxilio al Estado francés. Algunas firmas de electrónica de consumo también han tenido problemas y grandes compañías como Telefónica ven reducirse enormemente su negocio en España. Hasta que no pasen estas Navidades no será evidente el drama en el sector del comercio (piensen que para muchos comercios la Navidad representa hasta el 80% de su facturación anual), con grandes comercios españoles como El Corte Inglés en el punto de mira. Considero esta previsión, por tanto, bastante acertada.
  • Generalización de las revueltas: Las cosas no van bien, la guerra civil en Siria ya es abierta, en Egipto vuelven las movilizaciones y hay bastante malestar en la mayoría del mundo, pero en general la situación no es de revuelta. A pesar de los altos precios de los alimentos no hay un movimiento a escala global. Mi impresión es que están al caer (ver más abajo), pero en todo caso esta predicción se puede considerar errónea.
  • Creciente autoritarismo: Si vive Vd. en España no creo que necesite darle muchos ejemplos para que se dé Vd. cuenta de que, efectivamente, el autoritarismo está haciendo mella en la sociedad. Las manifestaciones "incontroladas" de este año han sido reprimidas con mano más dura que las del año pasado, y encima han sido más frecuentes. Se ha intentado criminalizar hasta extremos absurdos a los participantes en esos eventos y, al tiempo, acreditadas voces del mundo político llaman a limitar los derechos en general, por ejemplo el de huelga, que en realidad no tienen nada que ver con el problema de contestación en la calle. Los escándalos que salpican al empresariado y los dirigentes políticos son continuos (la lista es interminable: ponga aquí sus favoritos), afectando a prácticamente todos los partidos políticos, ciertamente en España pero también en Europa y en los EE.UU.; y el nerviosismo de unas clases dirigentes que se saben cada vez más acorraladas crece por momentos. Esta previsión la considero acertada en lo esencial.
  • Posible colapso de algún productor esencial: De petróleo, se entendía. Se daba como una posibilidad más o menos remota; en cualquier caso, sin duda no ha pasado.
  • Rescate financiero en Europa: Esencialmente, no. Se ha tonteado mucho con esta posibilidad, pero ni Italia ni España han sido formalmente rescatadas, aunque sí que el sector financiero español ha recibido un rescate de Europa a través del Estado español. Aún no está claro si España o Italia pueden ser rescatadas, dada su tamaño.
  • Idiosincrasia típicamente española: Unos cuantos ayuntamientos españoles están, efectivamente, en situación de suspensión de pagos, pero el Estado no ha intervenido, posiblemente porque no son demasiado grandes. Las Autonomías no han suspendido pagos, aunque la Comunitat Valenciana estuvo a punto de hacerlo; ahora mismo cuatro comunidades sobreviven por las transferencias directas que les hace el Estado para mantenerse. El IBEX 35 llegó a perder casi 3.000 puntos durante el verano respecto a sus valores al abrir el año (8.723 el 2 de Enero, 5.956 el 24 de Julio) y de Mayo a Agosto estuvo 2.000 puntos por debajo de los valores de Enero, aunque actualmente sólo está unos 400 puntos por debajo de la apertura del año. Las reformas promovidas por el Gobierno que anticipábamos han, por desgracia, llegado ya, y los problemas de liquidez que preveíamos me han afectado incluso a mi.
  • Ventana de oportunidad: De momento desaprovechada, y con la crispación se está cerrando. La masa furiosa no atiende a razones.
  • Fin de este blog: Identificado en la previsión de hace un año como un evento muy poco probable, afortunadamente no se ha producido.
Como ven, el resultado neto de las previsiones del año pasado es un grado de acierto más que significativo. Hagamos ya, pues, el arriesgado intento de proyectarnos en el futuro:


  • Recesión instalada: Con crecimientos débiles plagados de problemas fiscales y de empleo como en los EE.UU., o recesión declarada, como en la mayoría de la Unión Europea, el mundo occidental se enfrenta por primera vez a un fenómeno que no conoce: la recesión instalada. A diferencia de las fases de recesión previa, ésta no va a dar tregua: algún trimestre o semestre el PIB puede mantenerse plano, pero la tendencia continuada es a una disminución a buen ritmo, y así seguirá para la mayoría de Occidente y durante años. Ninguna medida que se tomará para combatirla será eficaz, y los problemas en vez de disminuir se agravarán, al tiempo que los recursos de los Estados se drenarán a una velocidad inusitada, dejándoles impotentes. En España el IBEX 35 bajará 2.000 puntos por lo menos pero esta vez ya no los recuperará. Algunas grandes empresas presentarán pérdidas por primera vez en su historia, y algunas multinacionales irán soltando lastre, disminuyendo rápidamente el volumen de negocio en España y en Europa. El paro en España llegará al 28% durante el primer semestre, sin que la cada vez más indisimulada emigración le haga mella.

  • Restricciones de acceso a carburantes: Aún es quizá pronto para esto, pero por primera vez este año veo posible que se comience a racionar el combusible en cierta medida. En los países de la OCDE no se hará con cartillas, pero sí con penalización económica hacia los grandes consumos de poco o nulo interés industrial; en el resto de países, con cartillas y decretos gubernamentales duros. El problema de las refinerías obligará a algunos Estados a actuar, tomando el control de las mismas y asumiendo sus pérdidas; para contrarrestarlo, intentarán imponer nuevas cargas a las compañías petrolíferas, con escaso éxito ya que los gravámenes se transmitirán casi directamente al consumidor, agravando el siguiente problema.
  • Espiral inflacionaria sobre la energía: Por primera vez, la sociedad, incluso en Occidente, empezará a ser consciente de que hay un problema con la energía: el precio de la misma aumentará sin parar. Combinado con la devaluación de los sueldos, se generalizarán los casos de pobreza energética, hasta representar porcentajes importantes de la población en Europa y los EE.UU., mientras que en el resto del mundo la pobreza energética será la norma.
  • Revueltas en Occidente: La contínua devaluación del factor trabajo hará que sin tener una gran inflación el coste de la vida cada vez será mayor para las clases trabajadoras. Aún no se identificará la causa con claridad, pero la rabia será creciente, dados los recortes sociales, las interrupciones de servicios esenciales por impago y los desahucios. Las revueltas en las calles serán cada vez más violentas, con asaltos a sedes institucionales. Se producirán los primeros muertos, lo cual favorecerá una mayor involución autoritaria.
  • Colapso financiero de la UE a cámara lenta: La indefinición de la Unión Europea sobre los problemas financieros de los países periféricos se va instalando hacia su centro. Durante 2013 se hará evidente que incluso Bélgica, Holanda y Francia necesitarían algún tipo de ayuda. Si el rescate a Italia o a España era dudoso dado su gran tamaño, que los problemas se extiendan a Francia ataca directamente al corazón económico de la Unión, a un paso ya de su núcleo central: Alemania. Los indicadores de la nación teutona no serán nada positivos y crecerá el miedo a un colapso generalizado de toda la Zona Euro, puesto que es imposible rescatarlo todo si no hay quien rescate. Durante este año se introducirán en los medios de comunicación temas de discusión hasta ahora inauditos, más allá de la ruptura del euro: hiperinflación, movilización del ejército, medidas de excepción... Las derivas separatistas de algunos territorios se utilizarán como excusa para reforzar el autoritarismo más o menos jaleado por los medios de comunicación.

  • Tensión fiscal en EE.UU.: Estados Unidos flota sobre una burbuja de autocomplacencia en materia fiscal, mientras su deuda pública supera ya el 100% de su PIB y su PIB se infla con estadísticas convenientemente maquilladas para disimular el naufragio de esa gran nación. La fortaleza de los EE.UU. radica desde hace años en la fortaleza del dólar como moneda de reserva, pero tal fortaleza depende de factores bastante impredictibles como es la confianza de los inversores. Las sucesivas rondas de alivio cuantitativo (eufemismo para decir "imprimir más dinero para pagar las deudas") no han llevado a la previsible oleada de hiperinflación por el enorme agujero financiero de los bancos, que está absorbiendo la mayoría de ese dinero extra, así que las toneladas de papel verde virtualmente impresas sirven para evitar que esos agujeros negros financieros se traguen la economía norteamericana. Sin embargo, liberado de ese efecto de succión de las deudas impagadas el "normal funcionamiento de la economía estadounidense" hace que se exporte la inflación creada en suelo norteamericano hacia otros países, a los que se les compra con dólares devaluados productos de mayor valor. Tal bombeo de inflación al exterior no puede continuar por siempre y en algún momento se dejarán de aceptar de manera tan ventajista los dólares para transacciones internacionales, quizá fruto de una derrota militar. Mientras este momento llega, EE.UU. acumula desequilibrios que ponen al país periódicamente al borde del colapso fiscal, como está pasando ahora mismo. En algún momento alguien estirará demasiado de la cuerda y esta se romperá; el día que eso suceda, las consecuencias se notarán por todo el mundo. Es difícil saber si éste será el año de la ruptura, pero cada año que pasa es más probable.
  • El crash del carbón: La presión por crecer de China puede llevar a colapsar el mercado internacional del carbón. China absorbe de facto la mayoría de las exportaciones de carbón del mundo en este momento, su producción de carbón ha llegado oficialmente a su máximo "planificado" y no se ven salidas fáciles a su necesidad de consumir más carbón que no sean apropiándose por medios comerciales o militares del que consumen/producen otros, o bien aceptar entrar en recesión. Sea como sea, es previsible que durante 2013 se produzcan episodios drásticos e incluso violentos respecto al comercio internacional del carbón.
  • Agua, alimentos y primera Guerra del Hambre: Según alerta la FAO, las reservas de grano están en mínimos después de una cosecha cerealística que ha estado entre las peores de la década. Los expertos avanzan una hambruna a escala global para el año que viene, la tercera crisis alimentaria en los últimos 4 años. La carestía de alimentos desató las revueltas del mundo árabe de principios de 2011 y probablemente las reavivará durante 2013, llevando las revueltas a algunos territorios nuevos. Aunque es posible que la carestía se note también, en mucha menor medida, en Occidente, lo más grave es el posible estallido de una guerra entre dos países sensibles en su disputa por el agua potable (cada vez más escasa) o directamente por el suministro alimentario. Inclusive, es posible que si algún país central en la producción de petróleo como Arabia Saudita sucumbe fruto de sus revueltas internas se arbitre en breve tiempo una coalición internacional para "restablecer el orden vigente", ocupando los pozos petrolíferos y dejando intocadas las zonas religiosamente sensibles "para no ofender a los musulmanes". El problema es que difícilmente China o la India se alinearían con un bloque liderado por los EE.UU., con lo que el primer conflicto internacional por la disputa de los despojos de la segunda parte de la era del petróleo comenzaría. Tal escalada sería el peor escenario posible; para 2013 lo más probable es que dos países menores, espoleados por sus revueltas internas causadas por el hambre, entren en guerra por disputas fronterizas relacionadas con el agua o los recursos en general, con la intervención más o menos velada de EE.UU., la UE, China y eventualmente Rusia. Sería la Primera Guerra del Hambre.
  • Fin de este blog: En algún momento de los próximos años la libertad de expresión sufrirá un duro revés. Este blog, que ya tiene sus problemas como foro de discusión abierta, tendrá que enfrentarse tarde o temprano a la censura y al cierre. Durante el año que empieza la probabilidad de que el blog sea cerrado es aún pequeña a mi entender, aunque sensiblemente mayor que el año pasado, y su futuro en parte depende de la responsabilidad de sus comentaristas. Añadido a esto, está la necesidad del que esto escribe de reducir el ritmo actual debido a múltiples compromisos y a las crecientes dificultades en mi trabajo, que me llevarán a estar más apartado del blog - pero de esto hablaremos en el siguiente post.

Salu2,
AMT


Fuente: The Oil Crash